Rev. Méd. RosaRio 89: 34-39, 2023  
FANTASÍAS CON EL CELLO  
Los frutos de la melancolía  
¡BUENAS, BUENAS! –Lo extraño es que no gravite tanto en los reper-  
¡Per tutti i Santi, cayó piedra sin llover! Ya me torios de concierto.  
decía yo, quien se va no siendo echado vuelven sin que  
lo llamen.  
–Ocurre que la sonata fue eclipsada por el éxito  
rotundo de su segundo Concierto para piano.  
–¡Otra preciosidad!  
Ninguna rosca en especial como para alejarme  
mi estimado, problemas de mochila que ya no resultan  
tan fáciles de llevar.  
–Le cuento que al amigo Sergéi lo conozco bas-  
tante.  
Yo que usted la alivianaría, como para que la rela-  
–¡No me diga!  
ción entre continente y contenido no le juegue en con-  
–Él era muy afecto al Cello, sus pocas obras de cá-  
tra. De paso no deje de verlo desde la óptica del medio mara fueron compuestas para nuestra cuerda, o para trío  
vaso lleno.  
con el instrumento. Se sentía fascinado por ese timbre  
tan nostálgico.  
¿En qué sentido?  
Aunque la carga parezca pesada, es preferible eso  
–Se identificaba.  
a estar atrapado en los odiosos embrollos de los huma-  
nos que se me hacen agotadores.  
–Hubo algo de eso.  
–Me cuentan que esta sonata terminó siendo la  
Sin duda, felizmente mis enrosques son mayor- última obra de cámara escrita por él.  
mente musicales.  
–Es cierto, de ahí en adelante, solo compondrá  
¡Qué bueno!, por acá también los hay y en abun- piezas para piano, obras corales o composiciones or-  
questales.  
dancia.  
Felices ustedes.  
¿Hay alguno en especial?  
–Leí que la pieza estuvo dedicada a Anatoliy Bran-  
dukov, quien la interpretó junto con Sergéi por primera  
Me tiene totalmente cautivado la sonata para pia- vez en Moscú a fines de 1901.  
–Brandukov fue un gran amigo del compositor  
Como para no. Para mi gusto es una de las me- a punto tal de ser el padrino de aquella boda bastante  
jores piezas para cello que se hayan escrito. Es increíble peliaguda.  
no y cello en Sol menor, de Sergéi Rajmáninov.  
la maestría con que combina pasión y lirismo, en esa  
garbosa melancolía.  
–¡DESEMBUCHANDO PER FAVORE!  
–El casamiento con Natalia Satina en mayo de  
¡Y qué logrado están los diálogos instrumentales! 1902, se concretó después de 3 años de estar compro-  
Es un derroche de genialidad, poder trasladar lo metidos puesto que, al ser primos, el matrimonio estaba  
emocional a lo intelectual para producir algo notable- prohibido a raíz de una ley impuesta por la Iglesia or-  
mente distinto. todoxa rusa.  
–¿Y entonces?  
–Para gambetearla, la pareja se valió de los ante-  
Incluso lo de cuatro movimientos, es bastante in-  
usual para el género.  
Tres secciones no eran suficientes para tantas cedentes militares de la familia y organizó una pequeña  
ideas musicales.  
ceremonia en la capilla de un cuartel en los suburbios de  
Moscú con la presencia de Aleksandr Ziloti, primo de  
Puede ser.  
Rajmáninov consideraba que ambos instrumen- Sergei y consumado pianista; y por supuesto el mentado  
tos eran igualmente importantes; verá usted que, aunque Anatoliy.  
muchos de los temas son presentados por el violonchelo  
luego son engalanados y desarrollados por el piano.  
–¡Bravo!  
–De regalo recibieron la más pequeña de dos ca-  
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sas localizadas en la finca Ivanovka, pero por cuestiones  
–Encima no existían buenos tratamientos por  
laborales se establecieron en Moscú, donde nacieron las aquel entonces.  
dos hijas, Irina y Tatiana. –Felizmente se recuperó bien y para fines de ese  
¿Cómo sería eso de los antecedentes militares?  
La familia Rajmáninov tenía su prosapia. Su pa-  
año aprobó sus exámenes de teoría y composición.  
–El muchacho se va consolidando.  
dre, Vasili era un oficial del ejército y pianista aficionado  
casado con Liubov Butakova, hija de un adinerado ge-  
neral del ejército que le cedió cinco propiedades como  
parte de su dote. De los 6 hijos, Sergéi fue el cuarto.  
–En efecto.  
–¿Cómo le cayó el fallecimiento de Tchaicovsky?  
–La noticia lo turbó sobremanera, algunos sostie-  
nen que su Trio élégiaque #2 podría haber sido un tribu-  
Circula la versión que Rajmáninov era una per- to a su admirado maestro.  
sona apesadumbrada, por default.  
–Por lo que se cuenta se trató de un período muy  
duro para Sergéi.  
–Años oscuros. El fiasco de su Primera Sinfonía  
Motivos no le faltaban.  
¿El exilio seguramente?  
Digamos que eso contribuyó bastante, pero los basada en los cánticos eclesiásticos fue demoledor.  
sacudones arrancaron mucho antes.  
–Me han comentado que un crítico llegó incluso  
¿Qué tanto?  
a compararla con una representación de las Diez plagas  
Varias abolladuras. Según sus propios relatos, el de Egipto.  
padre dejaba mucho que desear “jugador compulsivo,  
mentiroso patológico y cazador de faldas”.  
–Horrendo. A veces uno se pregunta cómo es po-  
sible que a los seres humanos les resulte hasta casi natu-  
ral rebajarse a tanta maldad.  
¿Tan así?  
Casi premonitorio. Cuando tenía 10 años su her-  
–Batimos nuestros propios récords.  
mana Sofía murió de difteria y Vasili abandonó a la fa-  
–La obra no volvió a ser interpretada durante el  
milia dejando San Petersburgo para trasladarse a Moscú. resto de su vida y el maestro se sumió en una profun-  
Sablazos por partida doble. da depresión que prácticamente bloqueó su capacidad  
Por suerte su abuela materna colaboró mucho creativa.  
en la crianza de los niños incluso la educación religiosa.  
Sergéi descubrió así los cantos litúrgicos y campanas de  
iglesia, que luego incorporaría en sus partituras.  
–¿Y cómo lo superó?  
–Tratando de reavivar la veta compositiva, se pre-  
sentó una tía que concertó una visita con León Tolstói,  
a quien Rajmáninov admiraba mucho.  
–Una palabra autorizada y reconfortante.  
–Lamentablemente no hubo nada de eso, más  
bien un agrio y aplastante desaliento.  
–¡Cosas vederes Sancho que no crederes!  
–Pero la señora no se dio por vencida y volvió a  
la carga.  
Una buena por lo menos.  
Lamentablemente dos años después falleció de  
anemia perniciosa su hermana Yelena, quien lo había  
introducido en las obras de Tchaikovsky.  
Demasiado dolor para un joven.  
Totalmente a punto tal que la madre temía que  
abandonara los estudios musicales.  
¿Entonces?  
–¿Convocando a algún otro artista?  
–¡Desaprobado señor! La ayuda provino de un  
Se puso en contacto con su sobrino Aleksan-  
dr Ziloti, que inmediatamente le recomendó la ida al profesional de la medicina.  
Conservatorio de Moscú para recibir lecciones del gran  
–Perdón, perdón, torpe de mí. Rajmáninov fue  
Nikolái Zvérev. De este modo se inició un período de asistido por el Dr. Dahl.  
grandes aprendizajes y de paso consiguió trabar amistad  
con Aleksandr Skriabin.  
–¡Correcto!  
–Ahora que recuerdo en los comienzos de 1900,  
estuvo sometido a sesiones de hipnoterapia y psicotera-  
El amigo del alma.  
Por cierto. Fueron tres años bastante bien encau- pia diarias, estructuradas para mejorar sus patrones de  
zados y durante las vacaciones de 1890 completó su pri- sueño, estado de ánimo y apetito.  
mer concierto para piano. –Bien dice, a punto de reavivar sus ideas musicales  
¡Bien por él!  
A medias, ¿puede creer que contrajo malaria?  
por lo que al año siguiente terminó de componer el Con-  
cierto para piano #2, dedicado precisamente al galeno.  
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Si claro, fue un exitazo y encima se hizo merece-  
–Imaginemos la siguiente escena: "Un grande Ser-  
dor del premio Glinka.  
géi, yo lo dije desde un primer momento, pero ustedes  
La sonata que hablábamos al principio pertenece no me creían".  
a ese período y poco después escribe las variaciones so-  
bre un tema de Chopin.  
–Sin embargo, se desligó de tales funciones al año  
siguiente, al enterarse que habían despedido a un músi-  
co por su condición de judío.  
–¡No tenía ese dato, más grande aún mi respeto  
por él!  
¡Bien reestablecido el muchacho!  
Desde luego. Sumado a ello en 1904, lo designan  
director de orquesta del Teatro Bolshói.  
Tiene razón, pero no lo veo a Sergéi manejándose  
–Cierto es que el maestro necesitaba una tranqui-  
con los crecientes malestares sociales y políticos de esa lidad muy difícil de conseguir en la Rusia de aquel tiem-  
época.  
po y decide pasar un tiempo en Roma.  
–¿Familia incluida?  
Como dicen ustedes no tenía cintura para con-  
ducirse con las protestas de los artistas y el personal del  
teatro, por lo que en 1906 presentó su renuncia.  
–El cuarteto se movía en bloque. Estando allí reci-  
bió una traducción del poema de Allan Poe “Las Cam-  
panas”, que lo llevaría a componer su sinfonía coral.  
–Estancia fructífera entonces.  
¿Habrá tenido un plan B?  
Sergéi ya era una figura conocida, y sentía una  
particular atracción por Dresde que le ofrecía un am-  
biente musical tan vibrante como abundante en opor-  
tunidades.  
–Pero el dulce terminó agriado.  
–¿No más desgracias, por favor?  
–Pasó rozando. Sus hijas contrajeron fiebre tifoi-  
dea y decidió que fueran atendidas en Berlín.  
–Entendible allí imperaba el gran legado bacterio-  
lógico de Koch por lo que habrán estado en mejores  
condiciones de asistencia.  
¡Y allá vamos!  
Se quedaron hasta 1909, aunque los episodios de  
depresión no lo abandonaron.  
Uno anda siempre con lo puesto, caro amico.  
Aun así, comenzó a trabajar en su segunda Sinfo-  
–Se me hace que sí, unas 6 semanas después, la  
nía, la cual fue estrenada a principios de 1908, que le va- familia regresó a Moscú y sobre finales de 1913 dirigió  
lió su segundo Premio Glinka y mil rublos en contante. el estreno de Las Campanas en San Petersburgo.  
¡Qué obra tan lograda! El adagio es para mi gusto  
una de las piezas más hermosas de todo el repertorio el horno no habrá estado para bollos.  
sinfónico –A no dudarlo y como si fuera poco en abril de  
Coincido en que la sinfonía alcanza un clímax 1915 fallece Skriabin.  
–Pienso que, con el estallido de la guerra en 1914,  
emocional en ese movimiento, el motivo llevado por el  
primer violín es extremadamente romántico.  
–Claro, a causa de ello Rajmáninov realizó una  
gira de recitales de piano dedicada a las composiciones  
¿Sabía que Rajmáninov fue dirigido por Gustav de su amigo.  
Mahler?  
–Y también recaudar fondos para la viuda, que  
atravesaba problemas económicos.  
En Estados Unidos si no me equivoco.  
Así es, en la segunda interpretación del Concier-  
–Si no me equivoco, Rajmáninov organizó ade-  
to para piano #3 a cargo de la Sinfónica de Nueva York más recitales en ayuda de los soldados que habían estado  
con el compositor como solista. en el frente de guerra.  
–Exacto, uno de ellos coincidió con la revolución  
Momentos inigualables de la gran Música.  
Ya querría uno haber estado allí  
A medida que estas noticias iban llegando a Ru-  
de febrero de 1917 en San Petersburgo.  
–Ahora que lo dice, recuerdo que poco después  
sia sus detractores empezaron a verlo con otros ojos, ob- se produce la confiscación de la finca Ivanovka, la cual  
viamente.  
pasó a ser propiedad comunal y finalmente quedó aban-  
La vieja historia donde esa odiosa envidia se tras- donada.  
–El mundo de Sergéi se desbarrancaba inexorable-  
toca en admiración .  
Algo de eso debe haberse producido, puesto que mente.  
fue nombrado director permanente de la Sociedad Filar-  
mónica de Moscú en 1911.  
–¡Sin vuelta atrás!  
–La tensión política en octubre de aquel año hizo  
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que el compositor mantuviera a su familia casi encerra- perder mi país, me perdí también a mí mismo”.  
da mientras él participaba en una cooperativa en el edi-  
ficio que habitaban, asistía a las reuniones de comités y lio.  
realizaba tareas de guardia civil durante la noche.  
–No conozco a nadie que haya salido ileso del exi-  
–El siempre buscó de fortalecer los lazos con quie-  
¿Fue en ese tiempo que lo invitan los escandina- nes seguían viviendo en Rusia. Incluso tenía un acuerdo  
vos?  
con su banco para enviar dinero y paquetes de comida  
Efectivamente la oferta tenía que ver con una regularmente a sus familiares, amigos, estudiantes y per-  
serie de recitales, que le permitió obtener los permisos sonas necesitadas.  
para salir del país con su familia. Partieron con lo que  
–Se dice que unos años después estuvo decidido a  
podían acarrear en sus pequeñas maletas, y unos cuader- visitar su país.  
nos con bocetos de futuras composiciones.  
–Si, pero el viaje se malogró debido a una cirugía  
A arreglárselas como mejor se podía. por fuertes cefaleas que finalmente se resolvieron en el  
¡Qué le parece! Pasaron por Helsinki, tras ello Es- sillón del odontólogo  
tocolmo y luego Copenhague. Endeudado y necesitado  
de dinero, los conciertos paliaban las necesidades.  
–Corríjame si me equivoco, no fue por esos años  
que firmó contrato con RCA Víctor.  
¿Él ya había recibido ofertas de Estados Unidos?  
Por supuesto y si bien sabía que era una gran muy graciosa en ocasión de las giras europeas efectuadas  
–Para bien de los melómanos… Hay una anécdota  
oportunidad, le preocupaba que apenas conocía el país. en los primeros años de esa década.  
Pongamos en la balanza la ventaja económica y el  
–¡Todo oídos!  
buen pasar de la familia.  
–Alquiló un vagón de tren que estaba equipado  
Eso era fundamental para Sergéi y finalmente con un piano y pertenencias para ahorrar tiempo en esto  
embarcaron en Oslo. Su llegada a Nueva York en no- de hacer y deshacer equipajes.  
viembre de 1918 convocó a una multitud de músicos,  
artistas y seguidores.  
–Gran fastidio, muy entendible.  
–Recién en 1926 tuvo una tregua para completar  
Tengo el dato que para esa época contrajo la gri- el Concierto para piano #4, y las Tres canciones rusas,  
pe española.  
dedicadas a Leopold Stokowski.  
¡No me diga!, este hombre era un verdadero co-  
–Lo unía una gran amistad con su coterráneo Vla-  
dimir Horowitz, firme defensor de las obras de Rajmá-  
leccionista de infortunios.  
Afortunadamente se repuso bien como para ha- ninov.  
cer frente a todos los conciertos que tenía programados.  
–El propio Sergéi dijo una vez tras la ejecución  
Allí su situación financiera cambia ostensible- de su tercer concierto para piano a cargo de Vladimir:  
mente y la familia tuvo una vida de clase media aco- “Esta es la forma en la que siempre soñé que debería  
modada.  
tocarse mi concierto, pero nunca esperé escucharla así  
en la Tierra”.  
El tan aguardado respiro.  
Los Rajmáninov recrearon la atmósfera de su Iva-  
–Un Señor.  
novka, con invitados y asistentes rusos a fin de preservar  
las costumbres del país.  
–Y esa necesidad del reencuentro con algo de su  
historia, a punto de que pasó varios veranos en Francia  
Pero había algo dentro suyo que no terminaba a fin de reunirse con compañeros rusos también emi-  
de cerrar. grados.  
–¡Qué notable!  
Sergéi disfrutaba del estatus de un hombre de  
mundo muy reconocido pero su historia lo importuna-  
ba mucho.  
–Como un intento de rememorar aquellos días en  
su Ivanovka construyó una casa cerca de Lucerna, donde  
Si uno repasa su producción en el período que va pasaría bastante tiempo a menudo con una familia que  
desde su llegada a Estados Unidos hasta su muerte, verá ahora incluía nietos… lo más querido de su vida.  
usted que con excepción de algunas revisiones de piezas  
anteriores solo llegó a completar seis nuevas obras.  
–¿No fue allí completó su Rapsodia sobre un tema  
de Paganini y la tercera sinfonía?  
Hay una declaración suya donde admite que, al  
–Dice bien, signo de que se había recobrado de  
abandonar Rusia, “dejé atrás mi deseo de componer, al otro trago bien amargo.  
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¿Cuál de los tantos?  
–Me parece que, de regreso en Estados Unidos,  
En 1931, Rajmáninov firmó con otros compa- actuó con la Orquesta de Filadelfia bajo la batuta del  
triotas un artículo aparecido en el NY Times donde se gran Eugene Ormandy.  
criticaban las políticas culturales de la Unión Soviética. –Así fue, pero el maestro ya no estaba para tantos  
¡Tiene razón!, lo declararon el gran traidor y su trotes y pasó el verano de 1940 descansando en una fin-  
música sufrió un boicot en toda Rusia como resultado ca en Long Island, durante el cual completó su última  
del violento contrataque de la prensa soviética.  
Acusó recibo porque un tiempo después comien-  
za a manifestarse una preocupante artritis.  
pieza las Danzas sinfónicas.  
–Se que el médico le recomendó el traslado a un  
clima menos riguroso, lumbalgia, hipertensión arterial y  
Un fantasma muy temido para cualquier músico, persistentes cefaleas.  
sé que inclusive viajó a Francia para someterse a una  
cura con aguas termales.  
–A principios de 1942, el matrimonio decide mu-  
darse a California, en Beverly Hills. La casa estaba cerca  
¿Se habla que Rajmáninov tenía una enfermedad de la vivienda de Horowitz, quien solía visitarlo para  
de los huesos?  
interpretar duetos de piano con él.  
El tamaño y la delgadez de las manos hizo que  
–¡Sin audiencia alguna, per carità!  
algunos médicos pensaran en la existencia del síndrome  
de Marfan, aunque no presentaba ninguna de las otras  
características clínicas como la escoliosis, pectus excava-  
tum y complicaciones oculares o cardíacas.  
–El puro disfrute de dos virtuosos exilados  
–Todo un mimo de la vida.  
–A mediados de ese año, informó que la próxima  
temporada de conciertos sería la última.  
–De alguna manera entreveía su final.  
–En febrero de 1942 efectuaron un viaje breve a  
Listo.  
No termina allí. Otros colegas arrimaron el diag-  
nóstico de acromegalia, por ciertos rasgos faciales toscos. Nueva York ya que él y su esposa estaban entre las 220  
¡Qué afectos son ustedes a esos enrosques! personas naturalizadas como ciudadanos estadouniden-  
Los médicos no suelen ser tan ligeros de arriar un ses.  
diagnóstico.  
¿Con lo cual?  
El hecho que haya tenido síndrome del túnel car- California le diagnosticaron un melanoma.  
–Tengo entendido que en ese año su salud expe-  
rimentó un quebrantamiento paulatino y al regresar a  
piano e inflamación de las manos podrían haber sido  
fenómenos asociados con la acromegalia.  
–Así es, sacando fuerzas de no sé dónde dio sus  
tres últimos conciertos durante febrero de 1943.  
–¡Casi al borde de su partida piense que falleció el  
28 de marzo cuatro días antes de cumplir setenta años!  
–Sin palabras. Unos días después del deceso arribó  
O sólo tenía manos grandes y San se acabó. ¡Será  
posible que a todo tienen que ponerle un nombre!  
La música también está repleta de designaciones,  
pero dejémoslo ahí; es preferible seguir hablando del un mensaje de varios compositores de Moscú que no  
querido Sergéi. llegaría a leer.  
–Su terruño.  
–Tan así que, en su testamento, había expresado el  
Sí por supuesto... El temor por una escalada bé-  
lica, su estado anímico y las nanas físicas hicieron que  
los ciclos de conciertos entre 1939 y 1940 fuesen más deseo de ser enterrado en el cementerio Novodévichi de  
abreviados, mayoritariamente concentrados en Estados Moscú, donde descansaban Skriabin, Tanéyev y Chéjov.  
Unidos.  
–¡Por supuesto!  
¿Pero participó del Festival Internacional de Mú-  
–No se pudo concretar su última voluntad porque  
era ciudadano estadounidense.  
sica de Lucerna en agosto de 1939?  
Ese fue precisamente su último concierto en Eu-  
–¿Y en su lugar?  
ropa, unos días después, viajó a París donde se produjo  
lo que sería el último encuentro con toda la familia.  
–Primero el funeral en la iglesia ortodoxa rusa de  
la Santísima Virgen María en Silver Lake y luego la se-  
pultura en el Kensico Cemetery de Nueva York.  
Requiem aeternam dona ei Domine.  
Et lux perpetua luceat ei.  
¡Nuevamente el horror de la guerra!  
Rajmáninov donó los ingresos de muchos con-  
ciertos al ejército ruso que tenía que vérselas contra la  
invasión alemana.  
–A pesar de su gran veta melódica, muchos consi-  
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deraron a Rajmáninov como un desfasado a la luz de las  
transformaciones de su tiempo.  
–Su historia también es un ejemplo de vida.  
–¿A qué se refiere específicamente?  
Muy a gusto con el romanticismo supo decir “me  
–A pesar de estar atravesado por tantas desventu-  
siento como un fantasma que vaga por un mundo extraño”. ras consigue erguirse y hacer que sus ideas se vuelvan  
Hay muchas personas que deambulan por estas realidad.  
tierras en calidad de polizón. Diría que es el destino casi –Todos deberíamos tenerlo en cuenta, a la hora de  
inexorable de quienes no encajan con los estereotipos realizar lo que nos compete.  
determinados por el establishment. –Por lo pronto me abocaré a ensayar esa bella so-  
Ese zapato le calzaba muy bien.  
A la perfección, poco importaba que fuese un  
nata.  
–De mi parte tengo una pila de publicaciones para  
–Recuerde que nosotros seguimos estando en el  
mismo lugar.  
–Juro por la música que lo visitaré más temprano  
excelente esposo y padre, amigo fiel, honesto, talento- revisar.  
so y empático con su entorno… no era políticamente  
correcto.  
Digo yo, si en el mundo se imitaran estos testi-  
monios habría menos necesidades revolucionarias.  
que tarde.  
Tengo la misma impresión.  
Felizmente con el paso de los años su imagen fue nocho.  
–Si así no fuera que le crezca la nariz como a Pi-  
ocupando el sitio que verdaderamente le correspondía.  
Nada como la muerte para mejorar a la gente,  
sostenía Borges.  
–¡Palabra de humano, a presto!  
–¡Sursum corda!  
Por acá lo tenemos bastante en cuenta en el re-  
pertorio de conciertos.  
OSCAR BOTTASSO  
¡Un acto de justicia, escuchar a Rajmáninov esti-  
mula y sienta bien!  
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