FACTORES INVOLUCRADOS EN LA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR
ATEROSCLERÓTICA Y SU POTENCIAL UTILIDAD COMO BIOMARCADORES
WalteR MaRtinez loaiza1, anny KatheRyne RiveRa Ruiz1, Monica chavez vivas*2
1
Programa de Medicina. Facultad de Salud. Universidad Santiago de Cali,
Colombia.
2 Departamento
de Ciencias Biomédicas. Facultad de Salud. Universidad Santiago de Cali,
Colombia. Correspondencia: Mónica Chavez. Universidad Santiago de Cali. Campus
Pampalinda. Calle 5, Cra 62. Cali - Colombia.
Recibido:
14-06-2020
Aprobado para su publicación:
26-10-2020
Resumen
Objetivo: Abordar los principales mediadores que actualmente están en estudio y son considerados potenciales bio- marcadores de riesgo cardíaco con el fin de predecir y estratificar el riesgo de pacientes con sospecha de Enfermedad Cardiovascular Aterosclerótica (ECVA).
Métodos: Se realizó una revisión en la que se analizaron y discutieron 93 artículos de investigación publicados en los últimos 10 años para comprender mejor la fisiopatología de la aterosclerosis y los biomarcadores potenciales que se pueden emplear en la ECVA.
Todos los hallazgos y aseveraciones de esta revisión se basan en información publicada como se enumera en las referencias.
Conclusiones: Se han identificado una serie de moléculas como
potenciales biomarcadores que participan en las etapas que componen la aterosclerosis y preceden el desarrollo de la ECVA. Las citocinas: interleucina 1-b (IL-1b), IL-6, IL-12, y el interferón-g (INF-g), proteína
que se une al lipopolisacárido (LBP), metaloproteinasas de la
matriz-9 (MMP-9) y la ciclofilina A (CypA) son
considerados potenciales predictores independientes de riesgo cardiovascular.
Palabras clave: Enfermedad cardiovascular aterosclerótica, biomarcadores, riesgo cardiovascular.
TOWARDS SOME POTENTIAL BIOMARKERS IN ATHEROSCLEROTIC
CARDIOVASCULAR DISEASE
Abstract
Objective: To address
the main mediators that are currently under study and regarded as potential biomarkers of cardiac risk to predict and stratify the risk of patients with suspected CVDs.
Methods: A review was conducted in which 92 research articles published in the last 10 years were
analyzed and discussed to better delineate atherosclerosis pathophysiology along with the potential biomarkers that can be used in atherosclerotic cardiovascular disease. All of the findings and statements in this review
are based on published information as listed in the references.
Conclusions:
A series of molecules have been identified as potential biomarkers that participate in the stages involving
atherosclerosis and precede the development of atherosclerotic cardiovascular disease. Cytokines as interleukin 1-b (IL-1b), IL-6, IL-12, and interferon-g (INF-g), lipopolysaccharide binding protein
(LBP), matrix metalloproteinases-9 (MMP9) and
cyclophilin A (CypA) are considered
potential independent predictors of cardiovascular risk.
Key words: Atherosclerotic
cardiovascular disease, biomarkers, cardiovascular risk.
La Enfermedad Cardiovascular (ECV) forma par-
te del conjunto de las enfermedades no transmisibles (ENT) que ha mostrado un
marcado incremento en los últimos años, siendo una de las principales causas de
morbilidad y mortalidad en el mundo.1,
2
La Asociación Americana del Corazón, en su re- porte del 2019 indican un
incremento del 48% de ECVs como la
enfermedad coronaria, la insuficiencia cardíaca, el accidente cerebrovascular
(ACV) y la hipertensión arterial (HTA) en adultos mayores de 20 años en
los Estados Unidos.3
En el año 2008, se reportó 17 millones de muertes debidas a ECVs, lo que constituye el 30% de las muertes registradas en el mundo.4 Se proyecta que para el año 2030 el número de muertes por año se incrementará a
23.6 millones.5, 6 El 42% de las muertes serán
debidas a la enfermedad cardiaca isquémica y el 34% al ACV.4, 5
Los reportes para el 2012 en Latinoamérica y
el Caribe establecieron a las ECVs como las principales causas de mortalidad,
representando el 33.7% de las tasas de mortalidad total.7
El incremento en los reportes de las ECVs se
atribuye principalmente a estilos de vida no saludables, al crecimiento económico de las naciones en
desarrollo y
a una mayor expectativa de vida en los países desarrollados.8, 9
Los factores de riesgo conductuales más comúnmente asociados al desarrollo de las ECVs tienen que ver con el consumo de una dieta poco saludable, el sedentarismo, tabaquismo y consumo abusivo de alcohol. Estos factores desencadenan directamente la HTA, elevación sanguínea de lípidos y glucosa, el sobrepeso y la obesidad.5 Aunque la identificación y el control de estos factores de riesgo ha mejorado la prevención primaria de las ECVs, y la mortalidad asociadas a las ECVs sigue aumentando.
Los avances en buscar la forma de prevenir y diagnosticar oportunamente las ECVs se han centrado en elestudio de nuevos biomarcadores asociados con el riesgo cardiovascular. En este artículo se revisará los principales compuestos que actualmente están en estudio y son considerados potenciales biomarcadores cardíacos para el diagnóstico y la estratificación del riesgo en pacientes con sospecha de ECV.
Son muchos los factores de riesgo de tipo
general o sistémico que favorecen el desarrollo de las ECVs; sin embargo, la aterosclerosis se
encuentra entre las causas principales para el desarrollo de las ECVs; la
enferme- dad afecta preferentemente a determinadas regiones de la circulación y produce manifestaciones
clínicas singulares las cuales dependen del lecho vascular afectado.10
Fisiopatología
de la ECV
La Enfermedad cardiovascular aterosclerótica
abarca a la enfermedad arterial
coronaria (EAC), el ACV
y la enfermedad arterial periférica (EAP).11 Estas enfermedades se desarrollan
debido a un proceso inflamatorio crónico y progresivo en las arterias que
ocasiona un daño endotelial y como consecuencia el engrosamiento de la capa íntima y media con pérdida de la
elasticidad de los vasos sanguíneos.12
La aterosclerosis tiene lugar con el desarrollo de depósitos grasos en la íntima de las arterias con la interacción de inflamación, estrés oxidativo y disfunción endotelial.
La hipercolesterolemia es el desencadenante principal de la aterosclerosis. La
enfermedad comienza con una etapa
inflamatoria cuando los altos niveles del colesterol
plasmático y de colesterol ligado a lipoproteínas
de baja densidad (LDL-C) alteran la permeabilidad del endotelio, con el consecuente el paso de las partículas de LDL-C hacia la pared arterial.
Las células endoteliales se estimulan y expresan las moléculas
de adhesión vascular-1
(VCAM-1) y las selectinas que permiten la fijación
de los monocitos circulantes al endotelio y a través de la diapédesis
migran al espacio subendotelial, una vez dentro de la íntima, los fagocitos
mononucleares maduran y se transforman
en macrófagos.13-15
Las LDLs atrapadas en la pared arterial son
modificadas por procesos de oxidación y glicosilación, y actúan como
estimuladores crónicos de la respuesta inmune innata y adaptativa.16 La oxidación de la LDL
tie- ne lugar por acción de las especies reactivas de oxígeno (ROS) liberadas
por el endotelio.13
Los macrófagos en la íntima degradan las
partículas lipoproteínicas nativas y modificadas (LDL oxidada, fosfatidilserina, entre otros) vía de la endocitosis mediada por receptores “barrenderos/carroñeros” y receptores
de AGEs (por advanced glycation end products) (RAGE).
La estimulación de los RAGEs induce la activación sostenida del factor nuclear-kb (NF-kb), un factor de transcripción proinflamatorio que
regula la activación entre otros del
factor de crecimiento derivado de las plaquetas
(PDGF), el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-I), y citocinas
proinflamatorias (IL-1-b
y el el
factor de necrosis tumoral-a [FNT-a]).19
La presencia de LDL oxidadas (oxLDL), ROS y macrófagos
en el espacio subendotelial ejercen un estí-
mulo continuo sobre este último que lleva a la expresión constante
de moléculas de adhesión y a la secreción de
citocinas, como la proteína quimioatrayente de mono- citos-1 (MCP-1), el factor estimulador de colonias de granulocitos y macrófagos (CSF-GM), las
interleucinas proinflamatorias (IL-1-b, IL-6 e IL-18), el ligando solu- ble CD40 (CD40L) y el FNT-a.
Manteniendo de esta forma
el estado inflamatorio, condición necesaria para
el desarrollo de la aterosclerosis.17, 18
Durante este proceso, las LDL nativas son degrada- das; sin embargo, las oxLDL no son degradadas con facilidad por los lisosomas y tienden a acumularse en el citoplasma junto
con el colesterol provocando la
transformación de los macrófagos en células espumosas lipidóforas.13-15
Existen otros receptores altamente expresados
en las lesiones ateroscleróticas,
como es el receptor LOX1, que se encuentra en el tejido
vascular y realiza
captación de oxLDL, aumentado el contenido de esta molécula en el espacio subendotelial.14
Por la acción de la IL-1b, el FNT-a y el PDGF, las células
espumosas producen ROS (anión superóxido, peróxido de hidrógeno, y
radicales hidroxilos) aumenta- do el contenido de estas especies. Las ROS estimulan la expresión de genes por la vía de la señalización mediada por NF- kb
y Jun N-Terminal Quinasa
(JNK).15 Esta quinasa, al igual que NF- kb constituye
el eslabón final de una ruta de
transducción de señales que mantiene
el proceso inflamatorio debido a la activación de genes que codifican para moléculas de
adhesión (selectina E, ICAM-1,
VCAM-1) y de citocinas proinflamatorias (TNFa y IL-6).16
Las citocinas proinflamatorias como la IL-1b y el FNT-a inhiben la actividad de la óxido
nítrico sintetasa (ONS)
producida por el endotelio en forma constitutiva, reduciendo la
biodisponibilidad de óxido nítrico (ON). Las ROS
por su parte, actúan sobre el ON disminuyendo el efecto vasodilatador y de relajación que normalmente tiene lugar en el endotelio y las células del músculo
liso. Por estas razones,
el estrés oxidativo es considerado el disparador que
induce la disfunción endothelial.14, 18, 21
Existen sitios donde el flujo sanguíneo se
hace turbulento, principalmente en las bifurcaciones arteriales o curvaturas, puntos de flexión,
nacimientos de ramas que son áreas críticas para la presencia de lesiones ateroscleróticas.10, 14, 15, 22
Los reportes de investigaciones señalan la
relación directa entre el daño endotelial con el flujo de sangre turbulento u
oscilatorio. En estos sitios se reducen las concentraciones de ON y hay mayor
producción de moléculas de adherencia que atraen células inflamatorias.13, 22 En consecuencia,
hay mayor síntesis de citocinas proinflamatorias, acumulación de oxLDL y de células espumosas lipidóforas que dan
paso a la formación de estrías lipídicas sin daño en la íntima, lo que se
conoce cómo engrosamiento patológico de
la íntima.16, 17
Los factores de crecimiento que han sido liberados atraen plaquetas y estimulan la
replicación de células musculares lisas y la formación de matriz extracellular
alrededor de las células espumosas, quedando aisladas del lumen vascular por
una capa de células del músculo liso y por colágeno.18-21 Algunas de estas células pueden abandonar la pared arterial y
durante ese proceso ex- portan lípidos. Si la cantidad de lípidos que penetra
en la pared arterial excede la eliminada por los fagocitos mononucleares o por otros
mecanismos, surge la acumulación de los primeros y con ello la propensión a la
formación de la placa madura o ateromas.22
Los ateromas maduros están compuestos por un núcleo lipídico con un volumen bien
definido, que se encuentra separado
del lumen
del
vaso por
la “capa fibrosa”. Esta placa
madura puede ser estable o inestable.15, 17
Los ateromas estables se caracterizan por presentar un núcleo fibroso pequeño, seguido de una capa fibrosa gruesa y firme con una menor inflamación de los bordes, lo que le proporciona una mayor resistencia.
Sin embargo, en los ateromas inestables (o
placa vulnerable) el núcleo lipídico es de mayor volumen con una capa fibrosa
delgada y con bordes inflamatorios donde hay gran concentración de macrófagos
activados con propensión a inducir trombosis.18
La predisposición a la ruptura de la placa
estaría mediada por la mayor acumulación de lípidos en el núcleo. Se ha determinado que las LDL
levemente oxida- das inducen la
expresión de moléculas de adhesión en el
endotelio y activan la expression del gen Mcp-1, lo que aumenta la llegada y
union de monocitos al endotelio. Por otra
parte, los intensos cambios que sufre la LDL hacen que el sistema immune genere
autoanticuerpos anti-oxLDL atrayendo un mayor número de macrófagos y células
espumosas14.
Estos aspectos explicarían la alta
concentración de macrógafos que se observan en las placas fisuradas.16, 17, 20
Los macrófagos activos producen
metaloproteinasas de la matriz (MMP) que digieren el colágeno de la capa fibrosa causando
que la placa se adelgace
y debilite, con lo cual la
lesión aterosclerótica se torna susceptible a la ruptura.21-24
Se ha reportado que las MMPs: MMP-3, MMP-9,
MMP-14 degradan la matriz extracelular, mientras que las enzimas MMP-1 y MMP-2
realizan un control inflamatorio de la placa mediante la inhibición de
citocinas biológicamente activas.25
En estos sitios ocurre también la muerte de un gran número de células espumosas por la
incapacidad que tienen para degradar los lípidos generándose sitios necróticos que ayudan a debilitar
la placa.15, 16
De acuerdo con la evidencia epidemiológica, la lesión ateromatosa es la manifestación subclínica que predispone en forma significativa a la HTA, al infarto agudo de miocardio (IAM) y a los ACVs;2, 3, 8, 10 por lo que el control en el desarrollo de la HTA y de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica se basa en logrardiagnosticar la enfermedad subclínica. En este sentido se viene estudiando una serie de moléculas como marca- dores biológicos cardiacos que actuarían como predictores de riesgo cardiovascular en forma temprana.
Los desarrollos tecnológicos han permitido avanzar en el estudio y la significación de varios compuestos que se presentarán a continuación con potencialidad cierta de llegar a constituir marcadores cardiacos.
Proteína C reactiva (PCR)
La PCR es un reactante de fase aguda
producida por los hepatocitos como respuesta a procesos de infección
aguda e inflamación local y vascular.26 La PCR des- empeña un papel
importante en la génesis de la lesión aterosclerótica, ya que reduce la
expresión de ONS y se une a LDL-C para promover su
absorción por los macrófagos. La PCR
también regula la expresión de las moléculas
de adhesión en las células endoteliales, atrae
quimiocinas, mediando la disfunción endotelial coronaria, (CE) que son pasos claves en la aterogénesis.27
Sin embargo, se ha establecido que los niveles de PCR liberados como respuesta a la inflamación vascular son generalmente bajos.26 Como alternativa se emplea la PCR de alta sensibilidad (PCR-hs) lo cual permite detectar pequeños cambios en las concentraciones de la PCR.27 La PCR-hs se emplea en la medida de riesgo de cardiopatía coronaria, un nivel de menos de 1 mg/L indica un riesgo menor, un nivel entre 1 y 3 mg/L indica un riesgo moderado, un nivel superior a 3 mg/L indica un riesgo superior y un nivel mayor de 5 mg/L tienen el riesgo más alto.27
Lachine y col28 evaluaron varios potenciales biomarcadores y señalan que la PCR-hs puede ser considerada un marcador de aterosclerosis subclínica en la población egipcia y, que la medida de sus concentraciones fue útil en la detección temprana de la enfermedad macrovascular en pacientes egipcios con Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2).
La familia de ligandos y receptores de
interleucina-1 (IL-1) participan en la generación y regulación de la respuesta
inflamatoria. Esta familia está constituída por las citocinas IL‐1a e
IL-1b las cuales son proinfla matorias, mientras que IL-1Ra e IL-1 RII son
inhibido- res naturales de la señalización de IL-1.29
La IL-1b participa en la progresión de la placa aterosclerótica al incrementar la síntesis de las moléculas de adhesión en las células del endotelio y la proliferación de las células de músculo liso vascular.30 Además media la diferenciación de las células de músculo liso a través de la acción del TNF-a, desencadenando una respuesta inflamatoria en la lesión.
Algunos estudios han demostrado que los
macró- fagos absorben microcristales de colesterol y desencadenan una respuesta
inflamatoria a través de la activación del receptor NOD-like,a con posterior
liberación de la IL-1b, lo que conlleva a la
amplificación de la respuesta inmune durante la progression de la aterosclerosis.31, 33
Duivenvoorden y
col,34 hacen un repaso de estudios sobre esta temática donde
refieren los resultados del ensayo CANTOS del año 2017, en el cual se demostró
el control de la inflamación en la enfermedad cardiovas- cular mediante la inhibición de la IL-1b. Por otra parte,
Mezzaroma y col,35
demostraron la participación
de la IL-1b en la inflamación que promueve la remodelación cardíaca adversa
después del IAM en ratones,
lo cual fue corroborado posteriormente en estudios en humanos.36
IL-6 es una citocina
proinflamatoria con capacidad para estimular una variedad de células, entre las que se
encuentran los linfocitos B, T, macrófagos,
hepatocitos y las células NK.37
Su papel
ha sido demostrado en procesos
inflamatorios crónicos cómo la ateriosclerosis y en la ECV.38
En la isquemia del
miocardio se demostró un incremento
considerable en las concentraciones de la IL-6
mediante la vía de activación de la cascada JAK/ STAT.b
En este caso, la proteína transductora de señales gp130 activa
la expression de las proteínas IL-6, JAK1 y STAT1 produciendo la expresión de
moléculas de adhesión en el endotelio y la activación de macrófagos para
prodiucrir citocinas proinflamatorias.37, 38
Deokar y col 39 en su estudio demostraron que el aumento de los niveles séricos de la IL-6 en pacientes con insuficiencia cardíaca se relaciona con el desarrollo de la enfermedad.
Su y col40 señalaron una asociación significativa entre los niveles altos de la IL-6 en suero con la mortalidad de pacientes con arteriopatía coronaria.
En pacientes
clasificados con riesgo coronario intermedio según
la escala de riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ASCVD)
resulta útil la medida de los niveles séricos
de la IL-6. Se ha observado que los
altos niveles (por encima de 1 pg/ml) de la IL-6 en este grupo de pacientes resulta ser predictiva de arteriopatía
coronaria de forma significativa.41
Kalsch y col42 realizaron un seguimiento a pacientes con factores de riesgo cardiovascular alrededor de 10 años y midieron los niveles plasmáticos de IL-6 y otros reactivos de fase aguda del amiloide sérico A (AAS) y la PCR. Así observaron que niveles plasmáticos elevados de IL-6, PCR y AAS se asociaron con enfermedad cardíaca aterosclerótica inestable. Después de ajustar estos marcadores inflamatorios, se constató que el AAS es un factor de riesgo de mortalidad cardiovascular tras un seguimiento a corto plazo (6 meses a 1 año) y la IL-6 se identificó como un factor de riesgo para el seguimiento a largo plazo (3, 5 y 9,9 años). Así, los niveles plasmáticos altos de la IL-6 se asocian con enfermedad coronaria y mortalidad.
La IL-10 es producida por los linfocitos T
regula- dores, los linfocitos T ayudadores, macrófagos y células dendríticas,
principalmente.26 Contrarresta las citocinas proinflamatorias, la IL-1 y el FNT-a,
sintetizadas por los linfocitos T y los macrófagos.43
La IL-10 se expresa en la placa aterosclerótica, por lo que se considera valiosa su
función para establecer el desarrollo
y continuidad de la enfermedad coronaria.44
En un modelo animal se
demostró que los bajos valores de IL-10 condicionan el desarrollo de lesiones
ateroscleróticas más extensas y morfológicamente más inestables, los que
sugiere un potencial papel protector de la IL-10 en el desarrollo de la
aterosclerosis.45
Los pacientes con elevadas cantidades de
IL-10 y PCR tienen menor posibilidad de presentar enfermedad coronaria, en
comparación con aquellos que sólo poseen
concentraciones altas de la PCR, lo que ratifica el papel protector de la IL-10.46
Sin embargo, el estudio realizado por
Subirana y col, en 105 pacientes con enfermedad coronaria y 638 individuos
seleccionados al azar con edades de 35 a 74 años, no logró establecer
asociación alguna entre los ni- veles de la IL-10 con la ECVA.47
De forma similar,
Goldwater y col48
en un estudio multicéntrico con 930 individuos seguidos durante
10.2 años, en estado estacionario, no
encontraron relación de las concentraciones de IL-10 con el riesgo
de futuros eventos de ECV y
tampoco se la vio asociada con la
cantidad de calcificación coronaria como lo habían
establecido investigaciones anteriores
a Los
receptores tipo NOD (NLR) (también conocidos como receptores ricos en leucina
que se unen a nucleótidos), son senso- res intracelulares de patrones
moleculares asociados a patógenos -PAMP- como así también los relacionados al
daño o DAMP como sería el estrés celular. Desempeñan un papel clave en la
regulación de la respuesta inmune innata e inflamatoria. Se hallan presentes en
linfocitos, macrófagos, células dendríticas y también en células no inmunes.
b La vía del transductor de señal y activador de la transcripción (STAT) de la quinasa janus (JAK) desempeña un papel funda- mental en la señalización de una amplia gama de citocinas y factores de crecimiento que conducen a diversas funciones celulares, incluida la proliferación, el crecimiento, la hematopoyesis y la respuesta inmune.
La familia de interleucocina-12 consta de IL-12, IL-23, IL-27 e IL-35 y son importantes reguladores en los trastornos inflamatorios crónicos.49, 50 Su función es regular la respuesta inmunológica, específicamente en la diferenciación de células T-helper (ft) a ft1 y ft17.50 Por los efectos proinflamatorios de la IL-12 se la ha vinculado con el desarrollo y progresión de la aterosclerosis y patologías como el IAM y el ACV.50, 51
La IL-12 tiene un papel crítico durante las
primeras fases de la aterosclerosis. En modelos animales, se demostró que la
producción de IL-12 contribuye a la formación de la placa aterosclerótica.52
Yong y col53 demostraron que la IL-12 se relaciona con la rigidez arterial en individuos sanos sin ECV clínica, confirmando el papel de la IL-12 en la aterosclerosis temprana como lo sugieren los estudios en animales.
Mishra y col54 hallaron un incremento en los ni- veles séricos de la IL-12 en pacientes
con DM2 recién diagnosticados con
complicaciones cardiovasculares. Ta- les concentraciones se asociaron
significativamente con un mayor riesgo enfermedad coronaria arteriosclerótica.55 Por su parte, Zykov y col56 de acuerdo con los resultados de su estudio,
consideran que el nivel sérico
de IL-12 podría
ser un buen candidato como biomarcador
pronóstico en pacientes con IAM.
Los monocitos y los macrófagos son los
encarga- dos de la producción de FNT-a.26
Algunas investigaciones establecen que el FNT-a podría
ser empleado como marcador predictivo del evento cardiovascular en hombres, y
el aumento de receptores solubles (sTNFR1 y sTNFR2) y estaría relacionado con el IAM en mujeres.49
Li y col57 describen en sus estudios que la sobre- expresión de FNT conlleva al aumento de los niveles de sTNFR1 y sTNFR2, lo cual conduce a la apoptosis de las células cardíacas. La remodelación cardíaca pro- duce una insuficiencia cardíaca congestiva crónica. Por lo que los investigadores sugieren que el FNT-a puede considerarse como biomarcador pronóstico, diagnóstico y terapéutico en pacientes con oclusión coronaria total crónica y en pacientes de edad avanzada con enferme- dad coronaria.
La LOX-1 es el
receptor de la oxLDL y se expresa en
las células endoteliales, monocitos/macrófagos, plaquetas y células musculares lisas.13 Se ha visto que durante el inicio
del síndrome coronario agudo los niveles en
sangre de la LOX-1 soluble aumentan antes que los
de la troponina T cardíaca, siendo útil para un diagnóstico precoz de la
enfermedad.13, 26
El estudio prospectivo llevado a cabo por Duran y col58 analiza los niveles de partículas de LDL de pequeño tamaño circulantes (small, dense LDL, sdLDL-C) asociados a riesgo cardiovascular incluyendo las diferentes manifestaciones de esta patología como son el IAM, ACV y enfermedad coronaria. Los hallazgos evidencia- ron una fuerte asociación entre los niveles de sdLDL con el IAM.
Sin embargo, la
medición de la LDL ha mostrado tener limitaciones analíticas que estimuló la
búsqueda de biomarcadores alternativos para determinar el riesgo de enfermedad
cardiovascular.59 Chu y col60 midieron los niveles plasmáticos
de la LDL electronegativa (L5) en
adultos sanos, en pacientes con hiperlipidemia sin evidencia de enfermedad coronaria y en pacientes con enfermedad
coronaria, y concluyen que los valores del L5 aumentaron significativamente en
pacientes con enfermedad coronaria, por lo que se debe considerar su estimación
en este tipo de patología.
El estrés oxidativo parece ser uno de los grandes eventos involucrados en la patogénesis de enfermedad coronaria. Las ROS participan directamente en el proceso inflamatorio mediante la activación de las vías de señalización NF- kb y JNK.14-16 Pueden desencadenar la casca- da inflamatoria indirectamente mediante la oxidación de las LDL y su acción antagónica en la actividad del ON.
Se han reportado diferencias en la composición de las placas ateroscleróticas en pacientes con enfermedad coronaria prematura. En esta hay una gran cantidad de células espumosas y de lípidos, a diferencia de las placas vistas en pacientes mayores con alto contenido de tejido fibroso. Además, la enfermedad coronaria prematura tiene una rápida progresión en lugar de ser un proceso de evolución gradual. En este desarrollo prematuro se ha adjudicado un papel crucial al estrés oxidativo.61 Musthafa y col62 encontraron que los pacientes con enfermedad coronaria prematura tenían antioxidantes enzimáticos y no enzimáticos significativamente más bajos con un aumento concomitante en los marcadores oxidativos. Varios de estos marcadores oxidativos podrían servir como biomarcadores potenciales para la detección de la aterosclerosis de inicio temprano.
En los vasos sanguíneos se encuentran las
célu- las vasculares del músculo liso (VSMC), que producen diferentes factores
humorales capaces de alterar el funcionamiento vascular. Entre estos factores
se encuentra la proteína CyPA producida en respuesta a la activa- ción por las
ROS, entre otros factores.14,
15 Satoh y col, en su estudio demostraron que la presencia
de CyPA extracelular aumenta la
producción de ROS causando el daño en
las funciones vasculares y promoviendo así la ECV.63
En el estudio realizado por Alfonso y col64 se de- mostró la relación de Cyps A, B, C y D con la enferme- dad coronaria. Los resultados reflejan que los niveles sé- ricos de CypA, CypB y CypC fueron significativamente mayores en los pacientes con enfermedad coronaria. Resaltando que los niveles obtenidos de CypA y CypB fueron menores comparados con los niveles más altos de CypC, sugerente de que sería un buen marcador de factor de riesgo de enfermedad coronaria.
Ebrahim y col,65 demostraron que los niveles de CypA y de MMP-9 fueron significativamente más altos en los pacientes con ECVA con y sin DM2 y concluye- ron que los niveles altos de CypA y MMP-9 se asociaron a un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.
El ligando CD40,
CD40L (también conocido como CD154, TRAP o gp39), es una glucoproteína transmembrana de 261 aminoácidos de tipo II que pertenece
a la familia TNF, se expresa
predominantemente en linfocitos T CD4+ activados. Se une a su receptor, la CD40 que se expresa en linfocitos B, monocitos, células
dendríticas y epitelio
tímico. La interacción CD40- CD40L juega un
papel importante en la activación y proliferación de las células
B, los monocitos y en la maduración de las células dendríticas.15
En el proceso de aterosclerosis, la sCD40L se origina,
principalmente, a partir de plaquetas y linfocitos
T,15, 66 y promueve el aumento del flujo de salida de colesterol.13,
15
En la formación de la placa aterosclerótica,
se destaca por aumentar eventualmente la deposición de lípidos y promover la
formación de células espumosas mediante la unión al CD40.67
Actualmente se sugieren posibles
fluctuaciones en el tiempo de sCD40L como limitación a largo plazo, además se
ha establecido que la presión arterial tiene la posibilidad de afectar sus
niveles, por lo que el monito- reo prolongado de sCD40L puede ser un factor
impreciso de medición.68
Chen y col,69 estudiaron pacientes con enferme- dad coronaria en la India y encontraron que los valores de sCD40L son mucho más elevados en pacientes con síndrome coronario agudo, en comparación con el grupo control. Específicamente se logró establecer que sCD40L podría ser un biomarcador de actividad trombótica inflamatoria en el desarrollo de la patología.
Li y col,66 lograron establecer la relación
de los niveles de sCD40L en pacientes con enfermedad coronaria, específicamente
en un grupo de pacientes con síndrome coronario agudo y otro con angina estable
en quienes los valores de sCD40L fueron elevados en los dos grupos en
comparación al grupo control. Lo que sugiere que sCD40L se puede presentar como
un mecanismo de desarrollo de la ECV.
El INF-g se encuentra relacionado
con el reclutamiento de monocitos y linfocitos T en las lesiones
ateroscleróticas, mediante la expresión de moléculas de adhesión, tales como
VCAM-1 y la expresión genética de la proteína MCP-1. También posee acción sobre
la expresión del TNF-a
y la IL-6.49
Wang y col70 demostraron que la distribución sérica de INF-g se halla asociada a mayor riesgo de padecer enfermedad arterial coronaria. Los investigadores afirman que el INF-g podría convertirse en un biomarcador para el diagnóstico y pronóstico de enfermedad coronaria. Reforzando este hallazgo, Liang y col71 encontraron altos niveles de INF-g en pacientes que padecen enfermedad coronaria. Además, observaron una asociación positiva entre INF-g y los niveles de triglicéridos en dichos pacientes.
Algunos estudios sugieren que el aumento en los niveles de homocisteinemia se relaciona
con disfunción endotelial, porque disminuye la capacidad de las células
endoteliales para regular el tono vascular mediante la reducción en la
producción de ON y la inducción de
síntesis de peróxido de hidrógeno, y de radicales de anión superóxido.72
Su acción desencadena el aumento en la interacción leucocito-endotelio
mediante la expresión de moléculas de adhesión y la activación de la cascada
inflamatoria a través de la activación de citocinas inflamatorias tales
como IL-6, IL-8 y FNT-a.73, 74
Los niveles plasmáticos altos de homocisteína
se encuentran vinculados al engrosamiento de la íntima. Uno de los mecanismos
que modulan dicha característica se debe al aumento en la síntesis de ciclina
A, afectando la entrada de las células quiescentes de músculo liso al ciclo
celular e incrementado la rigidez arterial.74
La homocisteína también podría tener
actividad procoagulante inhibiendo la expresión de la trombomodulina y
reduciendo la actividad de antitrombina III, que resultaría en una
supresión de su efecto anti- coagulante.73 Además, interfiere con las propiedades de la enzima de superficie endotelial, que
generalmente tiene acción fibrinolítica, esto debido a que estimula la expresión del gen factor inhibidor-1.
También induce bajos niveles de factor
tisular, lo que permite activar la cascada de coagulación y potenciar la
agregación plaquetaria.75
La LBP es una proteína de fase aguda de clase
1, que se encuentra en la placa de las arterias coronarias en humanos. Varios patrones moleculares asociados a pató- genos (PAMP) se unen a LBP formando complejos que posteriormente se unen a receptores
tipo toll (TLR). Dicha unión favorece la estimulación de interleucocinas,
citocinas y factores de crecimiento que contribuyen a la acción pro
aterogénica.76
Regente y col77 encontraron un incremento plasmático de LBP de forma inmediata a las fisuras de la placa aterosclerótica. La liberación de LBP de la placa puede conducir al aumento de MMP9 a través de la señalización de TLR4 y NFkB.
Otros estudios también han detectado un
rápido incremento en la MMP9 después de la disrupción de la placa.78, 79 Como se sabe, las MMPs
expresadas en las placas ateroscleróticas tiene gran impacto en la destrucción
de la capa fibrosa predisponiendo a la formación de trombos.78
Los macrófagos son los encargados de expresar IL- 18 y entre las principales funciones
de esta citocina se encuentra la estimulación de las células NK y la expresión de INF-g por parte de las células T.14, 26
La IL-18 es capaz de promover
la cascada proinflamatoria a través de la producción de FNT-a e IL-1b.80
En el síndrome coronario agudo se ve afectada la pared vascular de las arterias coronarias por la ruptura de la placa aterosclerótica. Los sucesos que llevan a la des- estabilización de la placa tienen que ver con los cambios de las fibras de colágeno y elásticas que la conforman.26-28 Pigarevskii y col,81 lograron identificar a la IL-18 en los elementos que componen las placas ateroscleróticas, in- dependientemente que fueran estables o inestables.17, 23, 24 La consecuencia directa es que la IL-18 con su función proinflamatoria suscita la síntesis de IFN-g, macrófagos, células NK e inhibe la proliferación de las células del músculo liso y la síntesis de fibras de colágeno y elastina.
Se ha visto que
la adiponectina tiene efectos importantes en el tono vascular, produce
un incremento en la síntesis de ON provocando la relajación del endotelio
vascular, además suprime
la producción de ROS.17, 18, 24
Liberale y col,74 establecieron que la adiponectina surgió como un modulador negativo de la respuesta inmune innata y este efecto se debe en gran medida a una supresión de la vía de activación del NF- kb. Sería interesante llevar a cabo más estudios respecto de ella porque es un buen candidato como biomarcador de reducción de la enfermedad durante el tratamiento de la ECV o como un indicador en el control de los factores de riesgo cardiovascular.
El desequilibrio en la liberación de
adipocitocinas proinflamatorias como son la omentina, la leptina y la quemerina se relacionan con efectos
perjudiciales en el funcionamiento
vascular y daño endotelial por medio de comunicación paracrina, endocrina o autocrina.27
Harada y col,82 demostraron la relación en el aumento de omentina, una adipocitocina secreta- da por el tejido adiposo visceral, y el desarrollo de enfermedad de las arterias coronarias. El estudio se llevó a cabo mediante la recolección de muestras de tejido adiposo epicárdico, subcutáneo y plasma, en pacientes con enfermedad coronaria y sin ella. En los resultados es bien evidente que los niveles de omentina en tejido adiposo epicárdico de pacientes con enfermedad de las arterias coronarias, son elevados, a pesar de que estos pacientes no presentan obesidad, sin embargo, los valores de omentina en plasma son reducidos. Independientemente de que en plasma no se encuentren altos valores de omentina, la misma sí parece estar relacionada con la patogénesis de la enfermedad coronaria.
En el caso de la leptina, en ratones obesos se ha constatado que esta adipocitocina se asocia con la in- filtración de los macrófagos en el tejido adiposo y la consiguiente liberación de las citocinas proinflamatorias FNT-a y la IL-6.83 Nalini y col,84 lograron establecer la participación de esta adipocitocina en la enfermedad coronaria.
Su acción en las ECVs estaría dada a través de la participación en la activación del inflamasoma/caspasa1 con la consiguiente liberación de IL-18 en ciertas poblaciones de macrófagos. Del mismo modo, participaría en el deterioro de la distensibilidad arterial, además de promover la angiogénesis e intervenir en la migración de las células del músculo liso vascular lo que conduciría a la progresión de la aterosclerosis como se demostró en modelos animales.85En el metanálisis realizado por Chai y col86 se estableció que los niveles altos de leptina se relacionan con hipertensión arterial, aterosclerosis e infarto de miocardio. Dentro de los mecanismos más relevantes se encuentra su rol en la agregación plaquetaria, el reclutamiento de monocitos íntimos, la transformación de las células espumosas y secreción de citocinas por-aterogénicas. Sin embargo, aún existen inconsistencias en cuanto a su efecto biológico dependiendo por ejemplo del sexo, lo que hace difícil en- tender su clara participación en la enfermedad coronaria.87 En el caso de la quemerina, interviene en el reclutamiento de leucocitos a través de las interacciones de quimiocinas CCL2 / CCR5.74, 88
Eichelmann y col,89 mediante un estudio de co- horte prospectivo establecieron una asociación significativa entre las altas concentraciones de quemerina y el desarrollo de ECVs, independientemente de factores de riesgo establecidos. Se menciona la quemerina como una proteína quimioatrayente cuya acción se ejerce al reclutar células inmunes al lugar del daño tisular.
Fontes y col,90 a partir de una revisión sistemática concluyeron que un aumento del tejido adiposo influye en la desregulación de la quemerina con el consecuente desarrollo de ECVs. Se propone la medida de esta adi- pocina como un marcador de riesgo cardiovascular.
Más concretamente Lachine y col28 en su estudio formulan la medida de la quemerina como un marcador de detección temprana de la enfermedad cardiovascular en la población egipcia.
Los macrófagos, linfocitos T, monocitos y masto- citos son las principales
células que secretan Lp-PLA2.14
Esta proteína se halla en las lesiones ateroscleróticas, principalmente en las placas
vulnerables.17 Cuando LDL se oxida, la Lp-PLA2 genera lisofosfatidilcolina y ácido
graso oxidado a partir de la escisión de un componente de fosfatidilcolina
oxidada de la lipoproteína.17
El ácido graso y la lisofosfatidilcolina actúan como
factores proin- flamatorios y pro aterogénicos
por lo que la Lp-PLA2 es considerada
un biomarcador emergente que juega un papel clave en la inflamación vascular y, lo que es más importante, en la evolución
de la aterosclerosis.17, 18
Tousoulis y col91 encontraron que el
incremento de Lp-PLA2 estaría implicado
con el aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, aún no se ha logrado relacionar la participación
de Lp-PLA2 en la predicción del
riesgo de ECV.
Proteína plasmática
asociada al embarazo A (PAPP-A)
La PAPP-A es una metaloproteinasa que se ha detectado en células de la placa coronaria y en la matriz extracelular de placas inestables.25 La PAPP-A estaría asociada a la inestabilidad y ruptura de la placa y a la reducción de ON como lo demostraron Li y col.92 Se logró probar que PAPP-A aumenta la producción de MCP-1, TNF-a e IL-6 mediante la ruta de señalización IGF-I/PI3K/Akt en macrófagos de ratones. Aporte que respalda el hecho de que PAPP-A logra promover la inflamación y consecuentemente contribuir a la formación y ruptura de placa. Ello plantea la conveniencia de llevar a cabo posteriores estudios para establecer su asociación como biomarcador predictivo de la progresión de la enfermedad aterosclerótica.
La OPN incrementa el reclutamiento, migración y adhesión de los macrófagos y modula la expresión de citocinas proinflamatorias.23, 24 Aunque no está definida su asociación con la inestabilidad de la placa de ateroma. Se eleva significativamente en pacientes con enfermedad coronaria cuya placa aterosclerótica está en progreso. Es- pecíficamente se ha visto que la OPN contribuye a la calcificación de la placa93 y se plantea como un predictorde riesgo cardiovascular por lo que podría ser empleada para identificar aterosclerosis precoz.
Son muchos los esfuerzos que se vienen adelantando en encontrar marcadores podrían usarse para la detección y la evaluación del riesgo cardiovascular. Las moléculas involucradas en la disfunción endotelial hasta la ruptura de la placa de ateroma y la trombosis resultan ser claves para un marcador de detección temprana de la atherosclerosis y de la enfermedad cardiovascular. Se destacan a las citocinas: IL-1b, IL-6, IL-12, y el INF-g y las proteínas LBP, MMP9 y CypA como potenciales marcadores para seguir la progresión de la aterosclerosis y como predictores independientes de riesgo cardiovascular.
Es importante intensificar los estudios para entender el papel de las adipocitocinas, la Lp-PLA2, la PAPP- A y la OPN como potenciales marcadores para identificar la aterosclerosis precoz.
Es claro que para la ECV no existe un único biomarcador que pueda emplearse para el
diagnóstico de la enfermedad, sino que el monitoreo
de un conjunto de biomarcadores pueden
ser posibles dianas para un diagnóstico
precoz de la enfermedad e incluso como objetivo terapéutico para futuros
tratamientos médicos
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