Rev. Méd. RosaRio 89: 34-39, 2023
–
Si claro, fue un exitazo y encima se hizo merece-
–Imaginemos la siguiente escena: "Un grande Ser-
dor del premio Glinka.
géi, yo lo dije desde un primer momento, pero ustedes
–
La sonata que hablábamos al principio pertenece no me creían".
a ese período y poco después escribe las variaciones so-
bre un tema de Chopin.
–Sin embargo, se desligó de tales funciones al año
siguiente, al enterarse que habían despedido a un músi-
co por su condición de judío.
–¡No tenía ese dato, más grande aún mi respeto
por él!
–
–
¡Bien reestablecido el muchacho!
Desde luego. Sumado a ello en 1904, lo designan
director de orquesta del Teatro Bolshói.
Tiene razón, pero no lo veo a Sergéi manejándose
–
–Cierto es que el maestro necesitaba una tranqui-
con los crecientes malestares sociales y políticos de esa lidad muy difícil de conseguir en la Rusia de aquel tiem-
época.
po y decide pasar un tiempo en Roma.
–¿Familia incluida?
–
Como dicen ustedes no tenía cintura para con-
ducirse con las protestas de los artistas y el personal del
teatro, por lo que en 1906 presentó su renuncia.
–El cuarteto se movía en bloque. Estando allí reci-
bió una traducción del poema de Allan Poe “Las Cam-
panas”, que lo llevaría a componer su sinfonía coral.
–Estancia fructífera entonces.
–
–
¿Habrá tenido un plan B?
Sergéi ya era una figura conocida, y sentía una
particular atracción por Dresde que le ofrecía un am-
biente musical tan vibrante como abundante en opor-
tunidades.
–Pero el dulce terminó agriado.
–¿No más desgracias, por favor?
–Pasó rozando. Sus hijas contrajeron fiebre tifoi-
dea y decidió que fueran atendidas en Berlín.
–Entendible allí imperaba el gran legado bacterio-
lógico de Koch por lo que habrán estado en mejores
condiciones de asistencia.
–
–
¡Y allá vamos!
Se quedaron hasta 1909, aunque los episodios de
depresión no lo abandonaron.
–
–
Uno anda siempre con lo puesto, caro amico.
Aun así, comenzó a trabajar en su segunda Sinfo-
–Se me hace que sí, unas 6 semanas después, la
nía, la cual fue estrenada a principios de 1908, que le va- familia regresó a Moscú y sobre finales de 1913 dirigió
lió su segundo Premio Glinka y mil rublos en contante. el estreno de Las Campanas en San Petersburgo.
–
¡Qué obra tan lograda! El adagio es para mi gusto
una de las piezas más hermosas de todo el repertorio el horno no habrá estado para bollos.
sinfónico –A no dudarlo y como si fuera poco en abril de
Coincido en que la sinfonía alcanza un clímax 1915 fallece Skriabin.
–Pienso que, con el estallido de la guerra en 1914,
–
emocional en ese movimiento, el motivo llevado por el
primer violín es extremadamente romántico.
–Claro, a causa de ello Rajmáninov realizó una
gira de recitales de piano dedicada a las composiciones
–
¿Sabía que Rajmáninov fue dirigido por Gustav de su amigo.
Mahler?
–Y también recaudar fondos para la viuda, que
atravesaba problemas económicos.
–
–
En Estados Unidos si no me equivoco.
Así es, en la segunda interpretación del Concier-
–Si no me equivoco, Rajmáninov organizó ade-
to para piano #3 a cargo de la Sinfónica de Nueva York más recitales en ayuda de los soldados que habían estado
con el compositor como solista. en el frente de guerra.
–Exacto, uno de ellos coincidió con la revolución
–
–
–
Momentos inigualables de la gran Música.
Ya querría uno haber estado allí
A medida que estas noticias iban llegando a Ru-
de febrero de 1917 en San Petersburgo.
–Ahora que lo dice, recuerdo que poco después
sia sus detractores empezaron a verlo con otros ojos, ob- se produce la confiscación de la finca Ivanovka, la cual
viamente.
pasó a ser propiedad comunal y finalmente quedó aban-
La vieja historia donde esa odiosa envidia se tras- donada.
–El mundo de Sergéi se desbarrancaba inexorable-
–
toca en admiración .
–
Algo de eso debe haberse producido, puesto que mente.
fue nombrado director permanente de la Sociedad Filar-
mónica de Moscú en 1911.
–¡Sin vuelta atrás!
–La tensión política en octubre de aquel año hizo
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REVISTA MÉDICA DE ROSARIO