REV. MÉD. ROSARIO 90: 67-72, 2024
REVISTA MÉDICA DE ROSARIO70
Discusión
La participación de los hogares para adultos mayores
en la epidemiología de BMR es desconocida en nuestro
medio. Aún en países desarrollados, su reconocimien-
to como reservorios es reciente
2,5
y plantea numerosos
desafíos para el control y uso de antimicrobianos6,7,8.
Bajo la denominación de "centro de estancia cróni-
ca" suelen incluirse instituciones muy diferentes como
unidades de cuidados paliativos, centros de atención
psiquiátrica, centros de rehabilitación, hogares para cui-
dado de adultos mayores y centros de cuidados inter-
medios crónicos. El grado de dependencia, condiciones
comórbidas, presencia de secuelas, uso de dispositivos
invasivos y antimicrobianos varía ampliamente en cada
uno de ellos. Por lo tanto, estas características diferentes
pueden sesgar resultados y han de tenerse en cuenta al
momento de intentar comparaciones y evaluar su parti-
cipación en la epidemiología de las BMR.
Los factores de riesgo, para la colonización por
BMR, han sido muy estudiados en el ámbito hospita-
lario y poco en centros de estancias prolongadas. Como
resultado, muchas de las medidas de control, propues-
tas por expertos, derivan del conocimiento adquirido
en situaciones de brotes hospitalarios y su aplicación a
otros escenarios no garantiza resultados similares. Por
ende, es imperativo conducir estudios que permitan un
conocimiento epidemiológico más preciso para sostener
propuestas de intervención coherentes.
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En nuestra experiencia y la de otros autores,
10
el tiempo
de estancia de los internados no se comportó como un fac-
tor de riesgo para la colonización con BMR. Según fuen-
tes bibliográcas, las tasas de colonizados con BMR varían
ampliamente. En nuestro caso, 22,2% de los residentes lo
estaban, siendo la colonización rectal con eBLEE (20,8%)
la más frecuentes. Una experiencia realizada en un gran
centro geriátrico de Israel,
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halló un 25,6% de coloniza-
dos con Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae BLEE. En
Australia,
12
dentro del mismo sistema sanitario se analizó la
colonización con eBLEE en tres residencias, revelando un
amplio rango de tasas (0% a 27%). Para algunos autores la
colonización rectal con eBLEE parece estar vinculada a la
edad avanzada independientemente de que la persona este
o no alojado en un centro de crónicos.
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La colonización
con SAMR fue baja (2,8%) y según una revisión europea,
14
puede uctuar entre 1.1% en Alemania a 22% en Reino
Unido. Como en otras experiencias,
15,16
los pacientes en los
que se aisló EVR y eKPC posiblemente se colonizaron du-
rante su ingreso reciente a hospitales.
En cuanto a la transmisión cruzada, la interacción
entre residentes, diere de la que tienen los pacientes en
un hospital. El rol vector de los trabajadores de salud,
tan importante en un hospital, no parece serlo en los
geriátricos, donde los internados conviven largas ho-
ras compartiendo actividades y contacto físico, por lo
que la transmisión directa no requeriría la participación
de vectores. Llamativamente, en nuestro estudio, nin-
gún compañero de habitación de los colonizados con
eBLEE, resultó estar colonizado. Compartir habitación,
no fue un factor de riesgo.
La colonización precede al desarrollo de muchas
infecciones. Una vez llegadas al hospedador, las BMR
necesitan se les facilite el camino para obtener ventajas
por sobre la microbiota existente, la llamada "presión
de selección". Un 23,6% de nuestros residentes habían
recibido antibióticos en el último mes y éste fue el úni-
co factor de riesgo signicativo para la colonización por
eBLEE. Otros autores,
11,17
han encontrado una fuerte
asociación entre antibióticos previos y colonización con
e-BLEE, especialmente con el uso de uoroquinolonas.
Las personas mayores suelen recibir antibióticos sin una
verdadera indicación, un ejemplo son las bacteriurias
asintomáticas. Los programas para optimizar el uso de
antibióticos en estos centros son escasos y en caso de
existir requieren mejoras y adaptaciones.
6,8
Además de
los antimicrobianos, otros fármacos muy utilizados en
personas mayores como los inhibidores de la bomba
de protones, han sido asociados a la portación rectal de
eBLEE18. Nosotros no medimos este posible factor de
riesgo.
A diferencia de otras publicaciones,
19
nuestra gran
limitante fue la imposibilidad de realizar estudios de
epidemiología molecular que permitieran analizar la di-
versidad clonal de las bacterias aisladas así como la par-
ticipación del tipo de genes que codican para BLEE,
incluyendo plásmidos.
Como conclusión, las BMR más frecuentemente ha-
lladas fueron las eBLEE. La búsqueda activa rutinaria
de eKPC y EVR se justicaría ante el antecedente de
internación reciente en hospital o bien al momento de
reingresar a la residencia tras el alta hospitalaria. El uso
previo de antibióticos fue el único factor asociado a la
colonización por eBLEE. El compartir habitación no
supuso un riesgo, sugiriendo un rol menor de la trans-
misión cruzada. La posible colonización con eBLEE, en
pacientes con factores de riesgo, debería ser considerada
ante la necesidad de iniciar un tratamiento empírico en